CERVEZA NATIVA

CERVEZA NATIVA
NATIVA "Auténtica Chela Mexicana"

sábado, 9 de octubre de 2010

Volver a soñar se vale !!!

Ya teníamos mi esposa y yo 25 años de casados y para celebrar ese aniversario de bodas, mis dos hijas (hermosas y productivas) decidieron cooperarse y regalarnos un viaje a Europa, nos cayó por completo de sorpresa -Y ese era el objetivo de ellas- Y un día, de repente allí estábamos volando sobre el océano, cruzando yo por primera vez el charco y mi esposa por segunda vez -Ella había ido con su madre y una de sus hermanas cuando cumplió los quince años (su hermana, mi esposa tenía entonces catorce apenas)- Fue un viaje increíble, mágico, emocionante y nunca de los nuncas podré agradecerles suficiente a mis dos hijas el haber hecho el esfuerzo de darnos ese precioso regalo. Cuando estábamos conociendo Londres, nos llevaron a un lugarcito hermoso, una taberna donde se supone que se sentaba a escribir y a convivir con su amigos bohemios Oscar Wilde, saber que un gran escritor como él se había sentado en aquellas bancas rústicas, bajo aquella discreta luz ambarina y que había tomado infinidad de veces la cerveza de la casa, me hizo decidirme a probarla yo también. Yo no soy de los que toman cerveza ni ninguna clase de bebida hasta emborracharme y perder el sano juicio. Siempre me he jactado de que para estar alegre me basta con la alegría que llevo por dentro y que me alcanza para bailar toda una noche y contar chistes y reír y divertirme hasta desfallecer, así que no era yo un buen conocedor de cerveza, de hecho me gustaba la industria, pero no me gustaba el sabor extremadamente amargo de la bebida de cebada...Incluso las cervezas comerciales con mucha fama en México y en el mundo, mexicanas con años en el mercado nacional e internacional, me parecían amargas y fuertes y pensaba cómo era posible que aquello pudiera parecerle una bebida deliciosa a alguien. Aquel concepto se salía de mi esquema y estaba muy fuera de mis gustos personales. Pero recordando mi sueño fallido de poseer un día una empresa de fermentaciones y elaboración de cerveza, aproveché el viaje y al menos en dos lugares me acuerdo que probé las cervezas del lugar. Una  vez fue allí en Londres y me sirvieron un tarro de cerveza oscura, con sabor fuerte y tostado, aroma perceptible y discreto, espuma cremosa y un poco parda (No sé si por el influjo del tipo de luz que tenía el lugar ó si de verdad la espuma era parda por la composición de la cerveza en sí)...El caso es que me supo a pura y auténtica delicia. Estaba al tiempo (Pero la temperatura en ese momento era como de 8 grados centígrados dentro del lugar, así que como quiera estaba probando una cerveza fría), me rodeaban mis compañeros de viaje que estaban saboreando sus enormes tarros y que decían salud en español y en Inglés y uno que otro con ascendencia supuestamente italiana, lo gritaban en ese idioma. Mi esposa se entretuvo platicando con sus propias cuatachas de viaje y me dejó probarla, en paz, sin prisas. Definitivamente quedé complacido con el sabor y la calidad de la bebida y en mi cerebro hice los ajustes necesarios para pasar a la cerveza de un archivo no muy favorable, a uno donde estaban mis bebidas favoritas. Unos días después, Navegando sobre el río Rhin, con rumbo a Innsbruck, Alemania, probé otro tarro, esta vez probé una cerveza rubia que básicamente estaba hecha de trigo, muy espumosa, con un aroma exquisito a lúpulo, una limpidez y transparencia inmejorables y una espuma blanca que se quedaba pegada al bigote, recordándome la persistencia de la espuma del chocolate mexicano, pero blanca como la nieve. Esta vez el disfrute fue total. Soplaba una brisa fresca, brillaba el sol en el cenit, se reflejaba en el río, a lo lejos en las montañas se dejaban asomar castillos milenarios incrustados en las rocas y el murmullo de las voces de los turistas en derredor y aquella cerveza deliciosa y rubia resbalando por mi garganta...Uno de esos momentos de conexión con el aquí y el ahora, inolvidable y fantástico. Le dije a mi esposa cuando se me acercó: Es la cerveza más rica que he probado en mi vida y si un día yo fabrico una cerveza, quiero que sepa a esta y a la que probé en Londres.
Así que regresé de ese viaje y ya traía otra vez retoñando el sueño tantos años abandonado de montar mi propia empresa cervecera, pero ahora traía una idea clara de los estándares sobre los cuales yo quería medir la calidad de mi marca.
Pasaron todavía varios años antes de poder sacar el primer lote del cual yo me pudiera sentir orgulloso y entonces ya no me pude detener. Hoy tengo el camino bien trazado para mi empresa y sé que las cosas irán sucediendo con la ayuda de Dios y con la aprobación de mis futuros clientes. Voy a subir unas fotos de mis primeros catadores del primero de mis lotes: Mis tres hermanos Rafael, Arturo y Pepe, los cuales se fueron bien alegres y tratando de conservar la vertical y el equilibrio, pues vinieron a probar las primeras NATIVAS muy temprano en la mañana y dos de ellos ni siquiera habían desayunado. Ese primer lote lo hice como de 7.5% de Alcohol en Volumen y por supuesto que les dio duro y a la cabeza.  Los dos más grandes son buenos consumidores de cerveza comercial y no esperaban que las mías estuvieran tan bien hechas ni que les fueran a hacer tal efecto. Meses después tuve mis primeros clientes ajenos a la familia y de ellos también subiré algunas fotos, dos de ellos son albañiles que me construyeron el local donde me instalé para producir de manera más formal, otros dos son mis empleados de diversos negocios y están sorprendidos y entusiasmados con el milagro de saber que en sus propias narices se está elaborando esa deliciosa cerveza.
Por otro lado, mi hermano Rafael fue mi primer cliente que decidió pagarme por un barril de cerveza de diez litros, aún y que ya los tenía acostumbrados a que la llevaba gratis a las fiestas y reuniones, él me dijo: "Esta te la voy a pagar, porque quiero ser el padrino de bautizo de tu cervecería y no hay nada mejor que haber sido quien haya pagado por la primera cerveza, verás la suerte que te voy a dar" Así que en una cajita me puso los primeros $250.00 y ese dinero lo conservo allí, intocable y sagrado. Espero hacer unas buenas fotos y editarlas con unos textos de agradecimiento y cuando cumpla otro año en el ramo y ya mi producto empiece a tomar un sitio en el mercado, hacer una ceremonia sencilla y familiar y entregarles a ellos unas fotos y unos reconocimientos por haber estado allí conmigo desde un principio.
Está por demás decir que en las fiestas y reuniones familiares, mis cervezas han tenido tremenda aceptación y tremendos efectos en el ánimo de toda mi parentela y siempre están deseando que aparezca yo con mi barril y mi tanquecito de CO2, listo para servirles sus tarros de espumosa NATIVA...Con frecuencia sus deseos se hacen realidad.
Hasta la próxima entrada.
Brewer JLH

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